Hasta mediados del siglo XX Constanza fue un valle de escasa población. La falta de caminos dificultaba su acceso, pero su aislamiento no impidió que algunas personas se interesaran en habitar la zona.
Varios exploradores conocieron el valle en tiempos coloniales, y hasta existió un colono llamado Victoriano Velano que llevó las primeras vacas y yeguas en 1750, las cuales se propagaron considerablemente, según se pudo constatar en 1783. Algo debe haberle ocurrido a estos animales en su proceso de adaptación al nuevo ambiente, pues en su geografía de la isla de Santo Domingo, publicada en 1915, Cayetano Armado Rodríguez reportó que en el valle de Constanza se cría una raza enana de ganado vacuno y caballar, casi del tamaño de una cabra.
En 1852, el explorador y cónsul británico sir Robert Hermann Schomburgk menciona la existencia de solo una granja habitada en el valle de Constanza. Veinte años más tarde, en 1871, el geólogo norteamericano William Gabb encontró 12 bohíos. En 1887, el Barón de Eggers visitó la Cordillera Central y encontró 100 vecinos habitando 30 bohíos diseminados en el valle de Constanza. La villa de Constanza fue fundada oficialmente en 1894, y en el 9 de septiembre de 1907 fue incorporada como municipio dentro de la provincia de La Vega.

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